RETRATO DE FAMILIA

Las expresiones convertidas en heridas, las aperturas del cuerpo que con el complejo de castración en las mujeres hacen ver a la mujer en partes, un imaginario fetichista, de impulsos en estas aperturas donde el cuerpo puede ser penetrado, más allá de lo genital, una suerte de nuevas zonas erógenas. Tal vez cicatrices provocadas, pero también heridas genéticas algo que nadie provoco puede existir en el cuerpo y aún así conducir por caminos insospechados. Yo propongo el retrato de las mujeres de la familia, heridas, caminos, que se pudieran entrelazar, posibles vidas paralelas de mujeres con las mismas cicatrices con el cuerpo abierto de la misma forma.

A las mujeres, antes se les enseñaba a ser como sus madres, como sus tías, como sus abuelas, silenciosas, con la espalda derecha, bien sentadas, comportadas, feminidad implantada por generaciones. Cicatrices y/o lunares implantados por generaciones. Todas las mujeres de la familia con el mismo conjunto de rasgos.

Todas con la misma cicatriz y casi orgullo de todas.

El ombligo del mundo.

Lo autobiográfico, la autopresentación… la reafirmación del “yo” autor, nombre y firma, según Leonor Arfuch “un yo sometido a una escisión dualista público/privado, sentimiento/razón, hombre/mujer.” Yo agregaría, una escisión dualista entre yo/todas, una vida/sus vidas, cuerpos orgullosamente abiertos.